
El letrado
Desde la primera vez que la escuché, me impresionó la interpretación del dúo Quelentaro de esta canción de su autoría, de aquí que siempre tratara de cantarla en su estilo. Nunca la canté sobre un escenario, sino sólo para mí o para pequeños grupos de amigos en guitarreos colectivos.
En Chacabuco, la interpretaba cuando me conseguía una guitarra, cosa que no era fácil, dado que había pocas y muchos interesados en tocarlas. Cuando esto ocurría, la tocaba sentado en los bancos donde comíamos y a veces se acercaba algún compañero y la cantábamos a dúo.
Claves:
Publicado: 13 enero 2015
ni me han sangrado las manos
ni el horizonte me mira
tan sangrante y tan lozano.
Mi padre firmaba apenas
y leía masticando
a mí me dio más escuela
con su sudor de madera.
Yo me aprendí el silabario
que el tata no terminó
y he leído algunos libros
que hablan de revolución.
Y me despidió sonriendo
cuando se bebió de un sorbo
dos perlas que de sus ojos
pasaron quemando el pecho.
Mi padre ya entraba en años
las arrugas de su noche
daban mil tonos de sombras
donde lloraba el silencio.
Arando sangran las manos
sangrando surcos mi viejo
los que predican no sangran
los que predican no sangran
los que predican no sangran.
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