Todo cambia

Pieza musical de:
Julio Numhauser
Testimonio de:
Carolina Videla
Experiencia en:

Mi guitarra me acompañó todo el tiempo que estuve privada de libertad. Funcionaba como un imán. En las tardes cantábamos y tocábamos en el patio.

Otras mujeres dibujaban, tejían o jugaban voleibol. Era un espacio que nos permitía salir de ahí un poco. Era esperado que yo musicalizara las tardes.

Éramos cuatro mujeres presas políticas, de un total de 60 o 70 mujeres ahí. Estábamos repartidas en dos habitaciones grandes con camarotes de tres camas.

“Todo cambia” era el himno de las tardes y se cantaba siempre. Todas se sabían la canción después de un par de meses. Hacía un paréntesis, era la esperanza de cada una.

Recuerdo bastante a una mujer mayor que llegó por tráfico de drogas. Tenía un descalabro en su vida pero quería salir adelante. Llegamos a tener harta confianza para conversar.

Esta señora sufría mucho y estaba muy abatida. Se acercaba a mí y me pedía que le cantara porque la música la calmaba. Un día me dijo que de verdad esperaba que todo cambiara.

Había una gendarme joven y muy simpática que cuando tenía turno de noche nos dejaba salir al patio. Jugábamos cartas, cantábamos y mirábamos la luna. A la gendarme le gustaba la música trova(Cubana) Forma de canción poética típicamente para voz y guitarra, originada en Cuba en el siglo XIX con raíces en el medioevo europeo. La Nueva Trova surgió después de la Revolución Cubana y se asoció estrechamente con la Nueva Canción. y escucharme cantar.

En la Cárcel había un espacio abierto custodiado por gendarmes hombres. Ellos también eran nuestro público cuando cantábamos. Cuando nos llevaban a la Fiscalía teníamos que cruzar ese patio.

Más de algún gendarme preguntaba “¿cómo está la música?”. “Oh”, decía yo, “bien”. Yo entendía esas preguntas como “me gusta tu música” o “qué bien que toques la guitarra”.

Con los años uno empieza a recordar. Te hace ver la vida como un antes y después. Hablar de esto es una forma de liberarse. Uno habla muy poco de estas cosas.


Claves:

Publicado: 26 septiembre 2018

Cambia lo superficial
cambia también lo profundo
cambia el modo de pensar
cambia todo en este mundo.

Cambia el clima con los años
cambia el pastor su rebaño
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño.

Cambia el más fino brillante
de mano en mano, su brillo
cambia el nido el pajarillo
cambia el sentir un amante.

Cambia el rumbo el caminante
aunque esto le cause daño
y así como todo cambia
que yo cambie no extraño.

[Coro]
Cambia, todo cambia.

Cambia el sol en su carrera
cuando la noche subsiste
cambia la planta y se viste
de verde en la primavera.

Cambia el pelaje la fiera
cambia el cabello el anciano
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño.

Pero no cambia mi amor
por más lejos que me encuentre
ni el recuerdo ni el dolor
de mi pueblo y de mi gente.

Y lo que cambió ayer
tendrá que cambiar mañana
así como cambio yo
en esta tierra lejana.

Pero no cambia mi amor
por más lejos que me encuentre
ni el recuerdo ni el dolor
de mi pueblo y de mi gente.

Y lo que cambió ayer
tendrá que cambiar mañana
así como cambio yo
en esta tierra lejana.

[Coro]

Testimonios relacionados:

  • El barco de papel  Carlos Muñoz, Campamento de Prisioneros, Tres Álamos, 1975 - 1976

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  • Todo cambia  Carolina Videla, Cárcel Pública de Arica, 1989-1990

    Mi guitarra me acompañó todo el tiempo que estuve privada de libertad. Funcionaba como un imán. En las tardes cantábamos y tocábamos en el patio.

  • Amiga  Carolina Videla, Cárcel Pública de Arica, enero de 1989

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    Mi período de prisión política se dio en el último año de la dictadura, después que había ganado el No. Salí en libertad por “falta de méritos”, luego de un año y medio de presidio.