La carta
- Pieza musical de:Violeta Parra
- Testimonio de:Paicavi Painemal
- Experiencia en:Cárcel de Temuco, 1985
Formamos un grupo musical con un conjunto de compañeros detenidos. Eran jovencitos, universitarios. Entre ellos venía uno que traía una guitarra.
Según recuerdo, era profesor de música y le permitieron conservar el instrumento. En el grupo también tocábamos bomboTambor grande utilizado en varias regiones de Latinoamérica. y charangoPequeño instrumento andino de cuerda pulsada, fabricado tradicionalmente de caparazón de armadillo o madera.. Yo acompañaba en el canto.
El conjunto tenía 22 integrantes, toda gente de confianza, de izquierda. Además de los presos de la región, había también gente de Santiago, Puerto Varas, Talcahuano y Valdivia.
Los gendarmes nos prohibían cantar y a veces querían quitarnos los instrumentos. Pero nosotros controlábamos la situación y cantábamos igual. Allí mandábamos nosotros.
Íbamos a cualquier galería de los presos comunes y les presentábamos un show. Nos miraban con mucho respeto ya que sabían que éramos presos políticos. Teníamos nuestros seguidores.
Los presos comunes fabricaban guitarras, violines y charangos en los talleres que se hacían en la Cárcel.
“La carta” de Violeta Parra era una de las canciones que cantábamos en el grupo. Nos marcó mucho. Nos acordaba de nuestros familiares que estaban afuera.
También cantábamos canciones de Víctor Jara (“Luchín”), Patricio Manns (“Arriba en la cordillera”),
A veces venían evangélicos a hacer oraciones y cantar canciones tradicionales. A mí nunca me llamó la atención eso.
Claves:
Publicado: 22 noviembre 2017
por el correo temprano
y en esa carta me dicen
que cayó preso mi hermano
y sin lástima con grillos
por la calle lo arrastraron, sí.
La carta dice el motivo
que ha cometido Roberto
haber apoyado el paro
que ya se había resuelto
si acaso esto es un motivo
presa también voy sargento, sí.
Yo que me encuentro tan lejos
esperando una noticia
me viene a decir la carta
que en mi patria no hay justicia
los hambrientos piden pan
plomo les da la milicia, sí.
De esta manera pomposa
quieren conservar su asiento
los de abanicos y de frac
sin tener merecimiento
van y vienen de la iglesia
y olvidan los mandamientos, sí.
Habráse visto insolencia
barbarie y alevosía
de presentar el trabuco
y matar a sangre fría
a quien defensa no tiene
con las dos manos vacía, sí.
La carta que he recibido
me pide contestación
yo pido que se propague
por toda la población
que
en toda generación, sí.
Por suerte tengo guitarra
para llorar mi dolor
también tengo nueve hermanos
fuera del que se engrilló
los nueve son comunistas
con el favor de mi Dios, sí.
Testimonios relacionados:
- Puedo confiar en el Señor Sigifredo Ramos Vásquez, Cárcel de Temuco, septiembre - diciembre de 1973
Mi experiencia durante nuestro cautiverio, se reduce a la siguiente percepción personal.
- Libre Paicavi Painemal, Comisaría de Carabineros N° 2, Temuco, 22 abril de 1985
Soy de Chol Chol, de la Comunidad Coihue. Fui detenido con otras 12 personas y nos llevaron a La Segunda Comisaría de Temuco.
- Qué dirá el Santo Padre María Cecilia Marchant Rubilar, Cárcel de Mujeres Buen Pastor, La Serena, septiembre de 1973 - enero de 1974
Cantábamos canciones que estaban de moda en esa época. Cantábamos “Qué dirá el Santo Padre”, la parte que dice “Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma… que le están degollando a su paloma…” a cada rato, por ejemplo cuando llevaban a alguien al Regimiento Arica, que era un centro de torturas.
- Volver a los diecisiete Gabriela Durand, Recinto CNI, Cuartel Central Borgoño, 1980
Tenía 18 años. Había sido torturada en la parrilla ya varias veces. Un día estaba junto a otros compañeros detenidos, y como a veces sucedía, los guardias pusieron música.
- Volver a los diecisiete David Quintana García, Intendencia de Rancagua, 1973
Estuve 45 días en el centro de tortura de la Intendencia de Rancagua. Antes estuve detenido con mis hermanos en el Cuartel de Investigaciones de Rancagua.
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